Pintura Contemporánea


Es un término de la historiografía del arte utilizado de forma muy ambigua en la bibliografía, las instituciones y el mercado de arte, como ocurre con los de arte contemporáneo, escultura contemporánea o arquitectura contemporánea.
Puede referirse a la pintura de la Edad Contemporánea, o limitarse a la del siglo XX, o al periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945).
Para mayor confusión, se utiliza también muy extensamente el concepto de pintura moderna, tanto en oposición como en identificación con él.


Final del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX.

La trayectoria estilística de Goya incluye la pintura de interiores rococó, el academicismo neoclásico y el prerromanticismo. Alcanzó un extraordinario éxito como pintor de corte. Con sus dos grandes lienzos. Sus series de grabados supusieron innovaciones técnicas, estilísticas y temáticas de gran proyección posterior a las que se le considera el precedente del expresionismo y las vanguardias del siglo XX, especialmente por las pinturas negras de esta época.

Neoclasicismo y academicismo.

Con la aparición de las academias, desde el siglo XVII se fueron estableciendo los cánones del clasicismo pictórico, pero no fue hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con la Ilustración, que llegan a establecerse como convenciones impuestas a la práctica del oficio en la totalidad del ámbito cultural europeo occidental. Simultáneamente aparecen la crítica y la historiografía del arte como actividades definitorias del gusto artístico dominante, cuyo seguimiento se fomenta entre los pintores a través de la enseñanza, de los encargos institucionales y privados, y de la convocatoria de exhibiciones, certámenes o salones artísticos como el Salon de peinture et de sculpture o Salon de Paris ("Salón de pintura y de escultura" o "Salón de París", desde 1725).
La figura de Jacques-Louis David, testigo de excepción de los cambios políticos y sociales de la Revolución francesa preside el tránsito del siglo XVIII al XIX, al que siguieron otros pintores franceses, como François Gérard. La cumbre del estilo, a mediados del siglo XIX, fue Jean Auguste Dominique Ingres; ya en presencia de la irrupción de los nuevos estilos antiacadémicos. No obstante, la mayor parte de la producción pictórica de la segunda mitad del siglo XIX e incluso del siglo XX, conviviendo con su absoluta negación, que representaron las vanguardias, siguió siendo la pintura academicista de tradición neoclásica, cuyos seguidores, a pesar del éxito institucional que vivieron en sus días o de su objetiva calidad, han pasado a ocupar un espacio marginal en museos y manuales (John Singer Sargent,Jean-Joseph Weerts, Jean-Léon Gérôme, William-Adolphe Bouguereau, Jean-Louis-Ernest Meissonier, Paul Baudry, Alexandre Cabanel, Franz Xaver Winterhalter).

Romanticismo.
El prerromanticismo convivió con el neoclasicismo en las décadas finales del siglo XVIII. No solamente se manifestó en la pintura anticipadora de Goya, sino en la de William BlakeJohann Heinrich Füssli o Giovanni Battista Piranesi. En el ámbito de la especulación teórica, el romanticismo incluyó una redefinición del concepto de belleza, y en concreto la aparición de un nuevo concepto: el de lo sublime, la belleza terrible y sobrecogedora propia de los elementos desatados y de la naturaleza en estado salvaje, ajena a la serenidad estética del neoclasicismo, y que encontrará plasmación pictórica en los paisajes de Caspar David Friedrich y de Turner. Es muy significativa una anécdota que enfrentó a Turner con su coetáneo Constable. Éste, quejándose del atrevimiento de su competidor, que había añadido una impactante pincelada de minio en mitad de su cuadro después de haberse colgado al lado del suyo propio en la exposición de la Royal Academy(1817), resumió perfectamente el impacto de la nueva imagen ha estado aquí, ha disparado su arma.
En los salones franceses monopolizados por el academicismo, la exhibición de La balsa de la Medusa de Gericault (1819) supuso un escándalo de mucho mayores dimensiones. Frente a los demás cuadros, equilibrados y convencionales, mostraba cadáveres descompuestos en un primer plano, contrastaba gestos de desesperación y entusiasmo de un abigarrado grupo de personajes que dan la espalda al espectador (ajenos al decorum que se pretendía de las representaciones heroicas), y evidenciaba la pequeñez de la humanidad frente a un entorno natural hostil. En el contexto de la revolución de 1830, la alianza de la libertad del arte con la libertad política quedó plasmada en La libertad guiando al pueblo, de Delacroix.
Grupos de pintores alemanes e italianos, los denominados nazarenos y puristas, pretendieron encontrar la belleza originaria de la pintura en la simplicidad formal y la renuncia a todo artificio, preludiando movimientos posteriores.

Segunda mitad del siglo XIX.
Precedidos por Courbet, el provocador que inició la práctica de la pintura independiente, dos pintores franceses cubren la segunda mitad del siglo XIX, pasando por todos los movimientos rupturistas y haciendo de "maestros de pintores": Édouard Manet y Paul Cézanne, cuya identificación con realismo o impresionismo no pasa de ser una etiqueta historiográfica que no cubre la totalidad de sus amplias y complejas trayectorias.

Realismo.
El romanticismo ya había plasmado en la pintura el protagonismo histórico de las masas (visible en Goya y Delacroix), pero Courbet no necesitó para ello emplear temas heroicos, sino cotidianos, traspasando los límites de la obscenidad. Técnicamente, encontró recursos expresivos en la pincelada gruesa, el aspecto inconcluso y la composición poco convencional, con encuadres abruptos, que provocaban rechazo. Buscando una total libertad artística, renunció expresamente a transigir con el gusto dominante y expuso por su cuenta, de forma independiente, su provocativo. El taller del pintor a las puertas del Salon de Paris de 1855, apoyado por un grupo intelectual en el que se hallaban Charles BaudelairePierre Proudhon y el crítico Jules Champfleury. Entre los pintores que se asocian al movimiento estuvieron el dibujante satírico Daumier y el paisajista Jean-François Millet, procedente de la Escuela de Barbizon (Théodore Rousseau, Corot, quienes previamente habían renovado el paisajismo influidos por una exposición de Constable en París). También estuvo presente el estadounidense Whistler, que se terminó distanciando de Courbet, entre otras cosas, por el atrevimiento del francés en la forma de retratar a una modelo de la que ambos eran amantes (El origen del mundo, 1866).

Impresionismo.
El Déjeuner sur l'Herbe y la Olympia de Édouard Manet causaron el el Salon des Refusés de 1863 ("Salón de los rechazados") un escándalo similar al que consiguió el Taller de Courbet una década antes. A pesar de su evidente continuidad con el realismo, son considerados el precedente más directo de la gran renovación pictórica del último cuarto del siglo, que en estos cuadros aún no estaba presente.
La técnica impresionista fue un innovador concepto en la utilización de la luz y el color: su disposición en el lienzo a través de pinceladas sueltas de colores puros, que no se mezclan en la paleta del pintor sino en la retina del espectador, acentuando los contrastes por la oposición de los complementarios, y buscando los efectos de vibración y luz reflejada. Tal innovación fue obra de un grupo de pintores franceses (Claude MonetPierre-Auguste RenoirEdgar DegasCamille Pissarro,Alfred SisleyFrédéric BazilleBerthe Morisot) que fue bautizado como impresionistas por el título que Monet dio a uno de sus cuadros (Impression, soleil levant -"Impresión, sol naciente"-) en la primera de las exposiciones de la Société anonyme des artistes peintres, sculpteurs et graveurs ("Sociedad anónima de artistas pintores, escultores y grabadores", 15 de abril de 1874).

Postimpresionismo
Los últimos años del siglo XIX (el fin de siécle) y el comienzo del siglo XX son un periodo de gran agitación intelectual en el que se derrumban los paradigmas científicos (revolución relativistarevolución neuronalrevolución freudiana, etc.)
Desde 1884 se venía celebrando el Salon des Indépendants ("Salón de los independientes") gestionado por la Société des Artistes Indépendants fundada, entre otros, por Albert Dubois-PilletOdilon RedonGeorges Seurat y Paul Signac, bajo el lema Sans jury ni récompense ("Sin jurado ni recompensa"). Después de las ocho exposiciones impresionistas (la última, en mayo y junio de 1886), las innovaciones conceptuales que escandalizaban pocos años atrás (y que seguirían siendo explotadas por muchos años más) habían pasado a ser caminos poco estimulantes para los pintores más inquietos, que las encontraban insuficientes para sus necesidades expresivas.
Uno de los más veteranos impresionistas, Paul Cézanne, sin renunciar al color y la luz, encontró ese camino en la simplificación de volúmenes en cuerpos geométricos (esferas, cilindros, conos -pretendía "conquistar París con una manzana"-);Henri de Toulouse-Lautrec en la recuperación del dibujo, extremado en gruesas líneas para el contorno de las figuras; Vincent Van Gogh en la pincelada gestual, prolongada en giros y espirales; Paul Gaugin en la extensión de las superficies planas de colores homogéneos (cloisonné). Buena parte de estos nuevos enfoques tenían explícitas influencias del exótico arte japonés (japonismo), cuyas convenciones tradicionales, bien distintas de las de la pintura occidental, se convertían en alternativas inéditas cuando se aplicaban con los criterios rupturistas de estos pintores.

1 comentario:

  1. Es que el arte contemporáneo es maravilloso, se descubren nuevas facetas que no se habían tocado en años anteriores, hoy en día es el que arte que se cotiza, en cuanto a pintores he escuchado mucho de Gabino Amaya Cacho y Emma Listrong, ya que soy fanática de los colores en las pinturas, ademas de la abstracción.

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